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El Camino Francés cumple 30 años como Patrimonio de la Humanidad batiendo récord de peregrinos

Olimpio Pelayo Arca Camba
O. P. Arca SANTIAGO / LA VOZ

VEN A GALICIA

Sandra Alonso

Este año, aún sin finalizar, ya se han concedido 444.635 compostelas, un «éxito colectivo» que destaca Alfonso Rueda

17 dic 2023 . Actualizado a las 18:23 h.

Santiago está de celebración. Se cumple el trigésimo aniversario de la declaración por parte de la Unesco del Camino Francés como Patrimonio de la Humanidad, el 10 de diciembre de 1993 en Cartagena de Indias. Era una distinción excepcional para una ruta única en el mundo, y marcó un punto de inflexión en el Camino de Santiago que no ha parado de crecer desde entonces. Este año alcanza ya las 444.635 compostelas entregadas. Es el último renacimiento de una ruta que ha conocido numerosos altibajos a lo largo de su historia, desde la peregrinación de Alfonso II en el siglo IX y un primer año jubilar que se data en 1428.

«Hace 30 años todo volvió a empezar, con esa dedicación inédita de una ruta como Patrimonio de la Humanidad», relataba el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, en el acto conmemorativo celebrado en el Hostal dos Reis Católicos. Fue, dijo, una oportunidad histórica que Galicia supo aprovechar para alcanzar un éxito colectivo que multiplicó el impacto económico y social del Camino de Santiago en Galicia. En una historia de siglos como nexo de pueblos y culturas, el reconocimiento de la Unesco y el Xacobeo 93 supusieron un hito que permitió que los años santos traspasen la esfera religiosa para convertirse en un referente sociocultural en el que se implica toda la comunidad, expresó.

Y agradeció de forma especial el trabajo de Víctor Manuel Vázquez Portomeñe (embajador de honor del Camino de Santiago desde el pasado año), quien apostó entonces por el Camino, con la creación de una red pública de albergues que alcanza en la actualidad las 4.200 plazas, articuló una eficaz promoción exterior, y supo sumar a la Iglesia para ir de la mano con la Administración en la iniciativa de devolver su esplendor al Camino.

Rueda destacó la implicación de todos los agentes que lo conforman, poniendo como ejemplo a los municipios de fuera de Galicia que tejen una red que contribuye a una experiencia satisfactoria. «Tenemos el enorme privilegio de ser el final de todos los caminos, pero también la responsabilidad de pensar que todos los que llegan a Santiago antes pasaron por muchísimos sitios y merecen que la experiencia sea igual de buena en todas partes», dijo el presidente gallego. La Xunta apuesta por un crecimiento con sentidiño, sin olvidar «lo que somos y que debemos conservar», trabajando en un Camino del futuro más sostenible, más accesible y con mayor colaboración público-privada. Ante el reto que supondrá encarar en poco tiempo una década que incluye tres años jubilares, Rueda anticipó que la Xunta tiene en marcha un plan específico con la mente puesta en el próximo Año Santo, dotado de 140 millones de euros hasta el 2027.

La alcaldesa de Santiago, Goretti Sanmartín, recordó otras distinciones logradas por el Camino de Santiago, como la declaración en 1987 como primer Itinerario Cultural por parte del Consejo de Europa, o el premio Príncipe de Asturias de la Concordia en el 2004. Apuntó que la ruta es heredera de ancestrales peregrinaciones de tribus de Oriente hasta Fisterra, siguiendo la ruta del sol, con etapas de esplendor y otras de menor relevancia, hasta un momento actual en que bate marcas de asistencia de personas, mostrando «a boa saúde do Camiño de Santiago, que funciona como un organismo vivo e se adapta aos tempos», con unas características excepcionales que lo hacen único en el mundo.

Fueron intervenciones en un acto que contó con la presencia, entre otros, del director de la Axencia de Turismo de Galicia, Xosé Manuel Merelles, y de alcaldes de municipios, de Galicia y otras zonas de España, por las que discurre el camino (entre ellos la presidenta de la Mancomunidad del Camino Francés, y regidora de Triacastela Olga Iglesias), así como del deán de la Catedral, José Fernández Lago, y la presidenta del Consello da Cultura Galega, Rosario Álvarez.