El municipio recuperó la degustación del molusco con el éxito de siempre
08 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.La Festa do Mexillón de Rianxo arrancó con ganas el sábado, y ayer no perdió fuelle. Más bien al contrario. A las dos de la tarde había colas para recoger los tiques, y la degustación, que volvió al Campo de Arriba tras dos años de ausencia, no solo cosechó el éxito acostumbrado, sino que sirvió para abrir nuevos caminos al molusco rianxeiro.
Y es que, además de las elaboraciones tradicionales de este exquisito bivalvo —nunca faltan al vapor, en escabeche, a la vinagreta, en empanada o en croquetas—, se presentó una nueva receta: la mantequilla de mejillón. Entre quienes tuvieron el placer de probarla se encontraba la conselleira do Mar, Rosa Quintana, que siempre que puede acude a la cita rianxeira. Plato en mano, aseguró que era «unha satisfacción deixar atrás a pandemia e recuperar estas festas, que son a esencia do verán de Galicia. Degústase bo produto e promociónase entre os visitantes».
Ella fue también, junto a otras autoridades, una de las personas que probó las croquetas con emulsión de piquillo elaboradas por el chef Manu Gómez en el showcooking que ofreció a primera hora de la tarde.
Junto a Quintana estaba Ramón Vicente en representación de las entidades organizadoras, quien cifró en unas tres mil las raciones a repartir y agradeció la ayuda de Mariscos Nidal, que les prestó una colaboración imprescindible sirviéndoles la vianda cocida.
Por allí estaban también los representantes de los grupos políticos, con el alcalde, Adolfo Muíños, a la cabeza, que se felicitó por el gran ambiente que se respiraba en el Campo de Arriba: «Hai que manter estas festas, porque é das poucas que quedan xa e funcionan moi ben».
Comensales encantados
Y entre los comensales que se arremolinaban en torno a las raciones de mejillón había vecinos, visitantes habituales y turistas que descubrieron Rianxo este año y que ya están pensando en volver, como una familia de Madrid que eligió un plato degustación para probar el molusco en todas sus elaboraciones. «Está buenísimo. Mira, el niño se lo va a comer todo», decía la madre. Conocían la ría de Pontevedra, pero no la de Arousa, y están «encantados. Estamos haciendo planes para volver el año que viene a Rianxo».
Unos metros más allá, un vecino de Santiago reconocía que es un habitual del municipio: «Veño moitas veces, téñolle cariño. E esta festa está moi ben, hai moito ambiente». Mientras hablaba, por entre las mesas no dejaban de circular os platos rebosantes de mejillón.