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Seis pueblos de Galicia que lo tienen todo

Carlos Crespo

VEN A GALICIA

Santi M. Amil

El otoño ya está aquí, os traemos una propuesta de seis sitios que visitar durante esta estación para pasar un buen tiempo con familia o amigos

06 nov 2023 . Actualizado a las 11:55 h.

El otoño, incluso en días de inclemencias meteorológicas, puede ser un buen momento para visitar algunas de las localidades gallegas con más encanto y disfrutar —en muchos casos, a cubierto— de los muchos atractivos que nos ofrecen: naturaleza, gastronomía, arte... Aquí tienes algunas alternativas

Ribadeo 

Mucho más que As Catedrais

JOSÉ ALONSO

Aunque la playa de As Catedrais es, de lejos, el lugar más visitado del municipio, Ribadeo atesora otros muchos encantos que justifican por sí mismos dedicarle una visita. Siempre es un placer callejear por su casco antiguo, declarado bien de interés cultural, con categoría de conjunto histórico. Allí donde levantes la mirada hallarás una joya arquitectónica, con el pasado indiano siempre presente. También en él se ubica la animada zona de vinos. Obligada es la visita al puerto y a la desembocadura de la ría. Un paseo por el cercano puerto de Rinlo reconfortará el estómago y el espíritu. 

Cambados

Piedra, mar y, por supuesto, Albariño

Mónica Irago

No es Cambados lugar de un único destino. Su oferta es tan variada como lo es su arquitectura, su gastronomía y su paisaje. La monumental plaza de Fefiñáns es el epicentro de la vida de la localidad y a partir de ella se teje una maraña de calles en las que desborda la actividad comercial y hostelera. El albariño es el otro gran animador de la localidad. Para saber más de él se puede visitar el Museo do Viño o las propias bodegas. Otros imprescindibles son la torre de San Sadurniño y el cementerio de Santa Mariña, uno de los más bonitos de España. 

Ribadavia

Historia, naturaleza y vino van de la mano

Santi M. Amil

En pocos lugares como en Ribadavia ha quedado tan bellamente plasmado el discurrir de la historia. Y la mejor forma de conocerla es recorrer sin prisas sus calles y rincones. La siempre animada plaza mayor, el barrio judío, el castillo de los Sarmiento, la Casa de la Inquisición, el convento de San Domingos... Refugiarse en sus soportales o en las tabernas. Degustar la exquisita oferta de dulces típicos. Acercarse hasta el privilegiado entorno natural del río Avia. Y, por supuesto, dar cuenta del vino que toma su nombre de la comarca de la que Ribadavia es capital. 

Baiona

En su mejor momento

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Una vez que deja atrás la vorágine estival, Baiona adquiere una reconfortante tranquilidad que posibilita el disfrute de sus muchos encantos de un modo mucho más placentero. Es ahora el momento de disfrutar de un recorrido sin destino por su casco histórico, disfrutando no solo de su riqueza monumental sino también del ambiente de sus tascas y tabernas. De acercarse hasta el puerto y hasta sus playas vacías recorriendo los cinco kilómetros de su paseo marítimo. Y, por supuesto, de subir a la fortaleza de Monterreal y disfrutar de las vistas tomando un café en el Parador.

Betanzos

Un más que acertado pasatiempo

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Tan cerca y, a veces, tan desconocida, Betanzos es una de esas localidades que siempre merece la pena redescubrir. De la riqueza artística de su casco antiguo da fe el que fue declarado conjunto histórico-artístico en 1970 y el hecho de contar con dos monumentos nacionales, como son las iglesias góticas de Santa María do Azougue y San Francisco. Obligada es además la visita al parque de O Pasatempo, aunque esté en obras. Y, por supuesto, degustar sus afamadas tortillas en los bares del entorno de la plaza de los hermanos García Naveira.

Allariz

El rincón coqueto

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Presume Allariz de tener uno de los cascos históricos más coquetos de Galicia y no le faltan argumentos. Siempre es un deleite callejear por ese laberinto de piedra que acabará por llevarte hasta el río Arnoia, la columna vertebral de la localidad. En torno a él hallarás paseos, balnearios, puentes medievales, molinos, un singular espacio que acoge jardines efímeros y, por supuesto, afamados restaurantes que exaltan la notable riqueza gastronómica local. A cubierto, Allariz cuenta con un museo del juguete, otro de la moda, otro de arte sacro, el del cuero y otro dedicado a Vicente Risco. Su casco antiguo alberga, además, varias calles comerciales con numerosos outlets.