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Joaquín Fernández, guía: «Me han preguntado desde por qué habíamos cambiado de sitio la torre de Hércules hasta si los hórreos son panteones»

Candela Montero Río
Candela Montero Río REDACCIÓN / LA VOZ

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Joaquín Fernández lleva 14 años trabajando como guía turístico por toda Galicia.
Joaquín Fernández lleva 14 años trabajando como guía turístico por toda Galicia.

«Santiago nunca defrauda, pero San Andrés de Teixido siempre impresiona», asegura este profesional del turismo

14 sep 2023 . Actualizado a las 21:34 h.

Después de 14 años dedicándose al turismo, Joaquín Fernández (A Coruña, 1986) atesora infinidad de historias de lo más variadas. Además de castellano y gallego, habla inglés, francés e italiano y trabaja como guía por toda la comunidad enseñando Galicia, principalmente a visitantes extranjeros. Al contrario de lo que pueda parecer, septiembre y octubre se presentan como los meses con más actividad en su profesión.   

—¿Cómo ha sido este verano para los guías?

—Está siendo un año muy muy bueno. La temporada fuerte empieza en primavera, en Semana Santa más o menos, y se extiende hasta octubre. Es decir, empieza y acaba con el horario de verano. 

—¿Y qué previsiones hay para el otoño?

—Nosotros no notamos bajada en otoño. Septiembre y octubre son de los meses más fuertes para los guías turísticos. Hay mucho más trabajo que en los propios meses de julio y agosto, que curiosamente suelen ser bastante tranquilos para nosotros. Durante la temporada de verano abunda más la gente que viaja por su cuenta, pero lo que es viaje organizado, fundamentalmente predomina en primavera y otoño.

—¿Cuál es el sitio favorito del visitante que escoge Galicia?

—Santiago es la estrella, lo que todo el mundo quiere ver. La catedral es como la tarjeta de presentación, el símbolo. Compostela nunca decepciona, pero los lugares que siempre sorprenden, por lo espectaculares que son, son los acantilados de la zona norte de la provincia de A Coruña, desde Ferrol hasta cabo Ortegal, más o menos. 

—¿Y tu sitio favorito?

—San Andrés de Teixido. De hecho, la gente llega y se queda impresionada.Te encuentras con un sitio que es auténtico, es profundo. ¡Además alucinan con los caballos y las vacas sueltas!

—¿Qué imagen tienen de Galicia los turistas cuando llegan?

—Piensan que los gallegos somos gente muy conservadora y tradicional. Cuando ven cualquiera de las siete ciudades se sorprenden de que sean tan 'modernas', y también ven que es un sitio mucho más liberal de lo que se esperan y que la gente es muy abierta. 

 —¿Qué es lo más curioso que te han preguntado?

—Desde qué es un apóstol hasta qué es un siglo. Una de las que más gracia me hizo fue en una visita al colegio Fonseca de Santiago. Me preguntaron, completamente en serio, si la estatua de Fonseca, que está sentado con la cabeza apoyada en la mano mostrando lo que sería la típica imagen de un pensador, estaba usando el teléfono móvil. No hay que olvidar que esta estatua es de hace 500 años.

Un hombre usando un teléfono móvil frente a la estatua de Fonseca.
Un hombre usando un teléfono móvil frente a la estatua de Fonseca. monica ferreirós

 —¿Y la pregunta más repetida pero que no deje de sorprenderte?

—Si los hórreos son panteones. No sé si es porque suelen tener una cruz encima, pero ni una vez ni dos, sino en muchas ocasiones me han preguntado si aquí enterramos a los muertos en los jardines de las casas. También preguntan mucho si hay alguna zona peligrosa por la que no puedan pasar. Yo siempre les explico que aquí la criminalidad no se ceba con el turista. Paseando por el centro de cualquier ciudad gallega no vas a tener ningún problema. 

—¿Algún turista al que no hayas convencido de algo?

—Una señora me aseguraba que habíamos cambiado la torre de Hércules de sitio. La mujer estaba convencida de que ella había venido hace 50 años y estaba sentada delante del faro mojándose los pies, por mucho que yo le explicaba que eso tenía que haber sido en otro faro y que la torre llevaba 1.800 años en el mismo lugar. 

—Alguna anécdota curiosa.

—Uf, en todos estos años, ¡muchas! Ahora mismo se me viene a la mente una de una italiana en una visita a Santiago. La mujer me dijo que no daba crédito a lo que yo estaba contando de que los restos del apóstol Santiago estuviesen en la catedral. Pero no era por falta de fe o porque le pareciese poco creíble: «¿Cómo es posible que no esté en Roma?», decía, indignada. 

—¿Una regla de oro en tu trabajo?

—No hablar nunca de política.