Patrocinado por

Ocho restaurantes que no te puedes perder si vienes a Galicia

Carlos Crespo

VEN A GALICIA

GONZALO BARRAL

Si ya estás o si vienes a Galicia, hay templos gastronómicos que no puedes dejar de conocer. Estos son algunos de los más recomendados

10 ago 2023 . Actualizado a las 16:07 h.

Además de su cultura, sus paisajes, su historia y sus tradiciones, Galicia tiene en la gastronomía uno de sus principales atractivos turísticos. En los planes de toda persona que visita nuestra comunidad está el pegarse un homenaje culinario. Un placer que también somos proclives a concedernos quienes aquí residimos. Las propuestas son infinitas. Como infinitas son las posibilidades que ofrecen nuestras materias primas, nuestra sabiduría en los fogones y nuestra vasta tradición culinaria. Cocina de mar, de montaña, tradicional, de vanguardia, pescados, mariscos, carnes... Siempre con un denominador común: el respeto máximo por el producto. He aquí ocho propuestas, de lo más diverso, de norte sur y de este a oeste, que no deberías dejar pasar por alto si te concedes el placer de dejarte caer por Galicia.

GONZALO BARRAL

A PULPEIRA DE MELIDE. A Coruña

Tiene la coruñesa plaza de España un bullicio incesante, en buena medida propiciado por la presencia y la actividad de uno de los locales más reclamados y aclamados de la ciudad.

La propuesta de A Pulpeira de Melide es entendida hoy como la versión moderna del negocio familiar donde se combina la tradicional pulpeira con una cocina de corte actual. No en vano, al frente está Gorka Rodríguez, cuarta generación de pulpeiros, sí, pero también formado académicamente en algunos de los mejores restaurantes del mundo como Mugaritz, Celler de Can Roca o Noma.

Es por ello que aun siendo el pulpo el plato identitario del restaurante y el más demandado, no conviene perder de vista el resto de su carta, basada en el producto de mercado.

Con sencillas pero sublimes propuestas como la gilda de vieira y anchoa, la empanada de xouba, las croquetas de lacón o las de choco en su tinta o el carpaccio de rubia gallega.

Destaca también el apartado de mariscos y pescados, en el que nos topamos con sugerencias como las almejas de Carril a la sartén, los mejillones de Lorbe al escabeche, el cabracho de roca en tempura, el tartar de bonito o la caballa marinada en la casa.

Mención aparte merecen la tortilla estilo Betanzos, el segundo plato más solicitado tras el pulpo, y la tarta de queso al horno.

BASILIO BELLO

RESTAURANTE SAN FRANCISCO. Malpica

El Atlántico se muestra en toda su majestuosidad desde el ventanal del comedor del San Francisco. Y, de alguna manera, también lo hace desde su cocina. Y es que hallándose donde se halla, el restaurante no podía tener mejor despensa. El mar golpea su cristalera en los días de temporal e inunda también su carta.

El San Francisco divide su oferta en dos zonas claramente diferenciadas. Una para el restaurante y otra para el picoteo. Aunque en el fondo la esencia de sus dos propuestas parten de la misma raíz: la cocina tradicional y el producto de calidad. La materia prima, ya sean pescados o mariscos, procede de la lonja local y siempre de pesca artesanal.

El San Francisco presume, y no le falta razón, de contar con percebes de los mejores acantilados de las islas Sisargas, Nariga, Corme o Camelle. Ahí es nada.

En cuanto a los pescados, las elaboraciones más recomendadas son en espectacular caldeirada, a la plancha o al horno (en este caso, previo encargo). No le desmerecen en intensidad y sabor platos como la caldeirada de pulpo, las habas con pulpo y almejas o el chopo en su tinta, cuya receta familiar se ha transmitido de generación en generación.

La carta de picoteo mantiene el carácter marinero y la esencia de la cocina casera gallega. Entre las tapas y raciones más demandadas, las tortillas variadas y las croquetas. Sublimes las de choco.

SANDRA ALONSO

O DEZASEIS. Santiago

En la popular rúa San Pedro -en el el número 16, como era de esperar- se ubica este restaurante que en relativamente pocos años -abrió en 1995- se ha aupado a la categoría de clásico compostelano.

Y lo ha conseguido a base de cimentar una propuesta de sabores y saberes tradicionales basada en el producto de proximidad. Como apunta su gerente, Gonzalo Abal, «que nadie busque en O Dezaseis alardes ni elaboraciones raras». Lo cual no es óbice para que la creatividad y un cierto espíritu innovador asomen en algunos de los platos de su carta.

El regusto por lo tradicional se advierte en O Dezaseis desde el mismo momento en el que uno pisa el primero de los escalones de piedra que conducen al interior del restaurante. Una decoración sobria pero elegante, en la que prima la madera y el granito, propician un ambiente en verdad acogedor en sus tres comedores, uno de ellos habilitado en una terraza cubierta.

En cuanto a la oferta gastronómica, quien se acerque hasta O Dezaseis no deberá dejar de probar el pulpo á grella, el plato estrella de la casa. También a la parrilla elaboran un soberbio queso San Simón confitado. Otros de los platos a tener muy en cuenta son los mejillones en escabeche de cítricos o la tradicional -y en este caso sublime en delicadeza y frescura- merluza a la gallega.

Martina Miser

CASA ROSITA. Cambados

En el corazón de las Rías Baixas y capital del albariño, sienta cátedra culinaria esta casa desde hace siglo y medio. Al frente del negocio se halla ya la quinta generación. Y aunque Casa Rosita ha cambiado de ubicación, ha ampliado sus instalaciones y las ha ido adecuando a los tiempos, los fundamentos de su cocina han permanecido inalterables. En pocos lugares el valor de la tradición se manifiesta de un modo tan fehaciente y vigente como en este restaurante cambadés. Y lo hace desde una cocina que respeta los fundamentos de la sabiduría culinaria de la zona, con los mariscos y pescados de la ría como piedra angular.

El plato estrella de la casa es el salpicón de mariscos. «De cada diez comensales, nueve nos piden salpicón», confiesan. ¿Dónde está el secreto? «Su principal ingrediente es la paciencia. Todo el marisco que lleva (buey, nécora, camarón...) se compra, se cuece y se pela en el día», explican. Dos o tres mujeres dedican buena parte de la mañana a esa labor.

No deberá el comensal en ningún caso descuidar el resto de la oferta de mariscos y pescados. El rape a la plancha con un leve toque a la marinera es una de esas exquisiteces que justifican por sí sola una visita a Casa Rosita. El rodaballo, el lenguado, la lubina o la merluza del pincho no le desmerecen. Llegada la hora de los postres, casi tanta reputación como el salpicón tienen las filloas, el crujiente de almendra con fresas o la crema de mascarpone.

M.MORALEJO

A FONDA DO SOPAPO. Vigo

En junio del 2020, en el momento más severo de la pandemia, abrieron César Fernández y Rubén Álvarez este negocio. No fue, desde luego, un comienzo fácil, pero la calidad, la singularidad y la honestidad de la propuesta de Sopapo consiguieron que saliera adelante y ganase en popularidad hasta convertirse en referencia incuestionable en el casco viejo vigués.

El concepto de Sopapo hereda el de aquellas fondas o casas de comidas de antaño. «Cocina tradicional. Ya no de mercado, sino de casa», explican. «Sin giros ni aspavientos. Simplemente con un poco de xeito».

Nadie se sentirá engañado tras dar cuenta de la propuesta gastronómica de Sopapo. Lo que hay es lo que se ve, y lo que se ve es lo que se come. Un valor cada vez más al alza y más demandado por la clientela.

Tiene la carta de Sopapo su sustento central en los pescados. Siempre -insisten, «siempre»-, pescados del día y procedentes de la flota de bajura. «Aquí no entra nada que venga del Gran Sol», comentan. Y así pueden ofrecerte un sargo, un rape o un jurel, que es lo que más está llegando estos días. El arroz de carne de costilla es otro de los platos estrellas del local de la plaza de A Pedra. Como también lo son el escabeche de chinchos y las carnes de Bandeira. El hecho de que el tique medio se sitúe entre los 20 y 25 euros por persona (bebida incluída) es otra cuestión a su favor muy a tener en cuenta.

MIGUEL VILLAR

A TABERNA. Ourense

La cocina de mar no es exclusiva de localidades portuarias. También tiene sus templos en el interior. Y A Taberna, en Ourense, es uno de los más sobresalientes. Javier Outomuro lleva 20 años al frente del restaurante ubicado en la rúa Julio Prieto Nespereira, y en el que siempre los pescados han sido los protagonistas. «El 80% de nuestra clientela viene por los pescados», comenta. Al horno, a la sal o a la espalda, pero siempre con una misma condición. «Todos son salvajes. No trabajamos con ninguno de piscifactoría», matiza.

Define Javier Outomuro la oferta culinaria de A Taberna como «cocina tradicional de producto actualizada». En ella lo que prima es la materia prima, tal cual. «La manejamos lo menos posible, añade.

Como fiel muestra de esa cocina, además de los citados pescados, se ofertan platos como el rape con langostinos -«lleva 35 años conmigo y no lo puedo quitar de la carta», relata Outomuro-, los tacos de salmón, los arroces, con bogavante o a banda, o el cabrito.

A Taberna oferta también un menú degustación de siete platos -los más vendidos de su carta- a un precio de 44 euros, bebida aparte.

LAURA LEIRAS

PULPERÍA A LAREIRA. Lugo

Tiene la gastronomía de Lugo en el pulpo su plato emblema, el que le otorga fama e incluso simboliza sus fiestas. Y si de pulperías con solera hablamos, una de sus principales referencias es A Lareira, ubicada en A Milagrosa. Más de cuatro décadas lleva abierto el negocio, si bien sus actuales reponsables, Marina Fraga y Teresa Díaz, se hicieron cargo de él en el 2014, tras la jubilación de sus anteriores propietarios. Ellas trabajaban entonces como empleadas en A Lareira y tras hacerse cargo del mismo se aseguraron de mantener el espíritu tradicional con que el que fue fundado.

En A Lareira el pulpo puede degustarse á feira o con cachelos. Pero no es ni de lejos la única propuesta tentadora de la casa. Entre los platos favoritos de la clientela están también los callos. No le van a la zaga el caldo gallego -ese gran ausente en muchos de nuestras casas de comidas-, la falda a la maragata, el lacón con grelos, los calamares o los chipiriones.

Todo ello elaborado y presentado al más puro estilo tradicional, poniendo en práctica la sabiduría a las fogones propia de nuestra tradición culinaria.

Además cuentan con menú del día y una tentadora oferta de postres caseros.

ANGEL MANSO

EL TIMÓN BAR. Ferrol

Puede que en estos momentos la gastronomía ferrolana sea la gran desconocida de Galicia. Son muchos los restaurantes de la ciudad que están presentando propuestas de sobresaliente calidad, bien sea por su creatividad o por su honroso apego a la tradición. Es el caso, por ejemplo, de El Timón, el local ubicado en la rúa A Coruña y regerentado por José María Jordán, defensor a ultranza de la «cocina artesanal». El concepto de su propuesta, expone, es el de bar. «No somos un restaurante. Aunque somos gente seria nos gusta la informalidad y la espontaneidad a la hora del comer».

La cocina «optimista» de El Timón se basa en darle una muy interesante vuelta de tuerca al producto local. Tomando como referencia el mercado de abastos ferrolano, El Timón le hace guiños a la vanguardia, pero sin estridencias y, también, y esto es importante, con un precio asequible para el general de los bolsillos.

Y así, dentro o fuera de su carta, presentada en una pizarra, uno puede dejarse seducir por propuestas tan tentadoras y originales como el rodaballo con aceite de remolacha, el steak tartar con manzana, la costilla de vaca con compota de orejones, el salmón marinado o el arroz basmati con verduras al wok y curry.