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Así es Trasno, la corza que llegó nadando a Cortegada y se alimenta de algas

Serxio González Souto
Serxio González VILAGARCÍA / LA VOZ

VEN A GALICIA

Rosina Diz

El cérvido, un ejemplar joven que probablemente huía de una cacería, se convirtió hace un año en un inquilino permanente del archipiélago perteneciente al Parque Nacional das Illas Atlánticas

10 jul 2023 . Actualizado a las 20:35 h.

Hace aproximadamente un año, Rosina Diz, la veterinaria de Carril, en Vilagarcía de Arousa, grabó a un corzo mientras nadaba en dirección a la isla de Cortegada. La distancia entre el archipiélago y la costa es muy escasa. De hecho, en bajamar resulta perfectamente posible alcanzarlo caminando, con el agua a la altura de los tobillos. El pequeño cérvido, sin embargo, se había lanzado al mar en un momento en el que la marea destacaba por su altura, un indicio claro de que algo le urgía a hacerlo sin demora. Desde el Parque Nacional das Illas Atlánticas, que acaba de recoger su historia en su perfil de Facebook, calculan que podría estar huyendo de una batida de caza. El caso es que, desde entonces, Trasno do Bosque, como ha sido bautizada, porque Trasno es un ejemplar femenino, no ha abandonado un lugar en el que parece sentirse como en casa.

«En Cortegada tiene alimento y recursos hídricos abundantes, excepto en períodos de seca estivales prolongados», explica Illas Atlánticas. El corzo, Capreolus capreolus en su acepción científica, es el menor de los cérvidos presentes en Galicia, «un mamífero herbívoro con una dieta que consiste en el consumo de hojas de arbustos, árboles bajos, bayas y brotes tiernos». Pese a que abundan en la isla carrilexa, Trasno do Bosque prefiere el pasto de sus escasas praderías. Y, atención, también el verdello o lechuga de mar (Ulva lactuca). Algo que, en opinión de los responsables del parque nacional, nada tiene de extraño, «ya que es un alga comestible, rica en vitamina C y vitamina A, y así es como demuestra, también, ser un animal tremendamente adaptativo».

A diferencia de otros mamíferos terrestres que frecuentan Cortegada, la joven corza permanece en la isla de forma estable desde que llegó a ella a nado. «Esta es, a grandes rasgos, la entrañable historia de una corza que encontró protección, refugio, alimento, casa y una tranquilidad y seguridad de la que antes, de donde provenía, no gozaba», subraya Illas Atlánticas, que concluye su relato con una reflexión: «¿Tienen utilidad los espacios naturales protegidos? Pues a los hechos nos remitimos. La corza o Trasno do Bosque de Cortegada desde luego nos dice que si».

Jabalíes, zorros y otros compañeros

Lo cierto es que Trasno dista de estar sola en Cortegada. La isla vilagarciana es visitada de forma intermitente por zorros, jabalíes y nutrias. Además, acoge poblaciones estables de erizos, topos, ratones, ratas e incluso conejos, además de una rica fauna avícola.