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El chiringuito Los Piratas de Loiba: cocina internacional y vegana, y pizzas junto a la playa ortegana de Picón

A. F. C. ORTIGUEIRA / LA VOZ

VEN A GALICIA

El italiano Filippo Bettini promueve el local, que inicia la temporada la noche de San Juan, gestionado por un sevillano de Utrera con ayuda de un cordobés

26 jun 2023 . Actualizado a las 12:51 h.

Salva Jiménez, sevillano de Utrera, apura los preparativos para inaugurar la temporada de Los Piratas de Loiba, el viernes, para celebrar la noche de San Juan. Desde las siete de la tarde ofrecerán sardiñada gratis y a medianoche saltarán la hoguera, siguiendo el ritual de la queimada y los conjuros. Así debutará el chiringuito ubicado frente a la playa de Picón. Salva estará al frente del negocio y contará con la ayuda del cordobés Raúl Jiménez.

Pero el artífice de este local es Filippo Bettini, italiano originario de cerca de Milán. El Camino de Santiago acercó a este educador social a Galicia y el amor le ha retenido aquí. Hace cuatro años recaló en Loiba y durante dos gestionó el chiringuito del pinar (próximo al mejor banco del mundo). «El año pasado ya quería abrir Los Piratas de Loiba, pero tardaron en llegar los permisos, los recibí el 25 de agosto, y ya no merecía la pena», explica.

Este año, ha recibido las autorizaciones a tiempo y todo está listo para iniciar esta nueva aventura hostelera, que durará, si el tiempo lo permite, hasta finales de septiembre. El chiringuito funcionará a diario, desde las siete de la tarde hasta las 3.30 horas. Ofrecerá bebidas, helados y una novedosa carta, con predominio de la cocina internacional y los platos vegetarianos y veganos. Además de las pizzas elaboradas por Filippo, que acudirá cada martes y cada miércoles con la food-truck con la que, el resto de la semana, irá de festival en festival.

Los viernes, los clientes de Los Piratas de Loiba podrán degustar sushi; y el resto de la semana tendrán la ocasión de probar recetas tibetanas o hindúes, falafel libanés, fajitas mexicanas o salmorejo andaluz. Además de gazpacho o crema de remolacha. La decoración y la música aderezan el ambiente del local, que tiene previsto ofrecer varios conciertos a lo largo del verano. El propietario, de regreso de un viaje por Francia, confía en llegar antes de la medianoche del viernes, para sumarse a la fiesta de San Juan.