Patrocinado por

O Paraxón: bienvenidos al lugar inacabado

VEN A GALICIA

CESAR QUIAN

El parque de Oza-Cesuras fue diseñado hace casi un siglo para tratar enfermedades respiratorias con rutas de árboles medicinales. Lo coronan las ruinas de un sanatorio, la tercera parte del proyecto previsto

18 dic 2023 . Actualizado a las 13:41 h.

Más que un parque o una senda, el Sanatorio de O Paraxón es una intención, un proyecto inacabado que está a punto de cumplir un siglo. Estamos en el municipio de Oza-Cesuras, otro proyecto inconcluso según rezan los carteles cuando deshacemos el camino a casa: «Bienvenidos a Oza dos Ríos». Una fusión a medio hacer. El parque está coronado por un edificio diseñado por el prestigioso arquitecto Rafal González Villar, quien llegó a dibujar dos proyectos para el sanatorio de este escondido rincón. Pero la ruina que hoy vemos, y en la que han comenzado a trabajar para su recuperación, es solo el ala izquierda de un hospital mayor. Los fondos se agotaron en 1930 y el edificio, destinado a tuberculosos y otras enfermedades respiratorias, quedó a medio hacer.

El parque también se diseñó con una mentalidad científica. Los árboles se plantaron para marcar las rutas de unos enfermos que nunca llegaron. Por aquí la zona de abedules, más abajo aromas de laurel y cornejo, por otro camino dominan las acacias... y así se dibujó un mapa donde cada enfermo paseaba con la sensación de ir cumpliendo un tratamiento. Pero el tiempo tampoco fue benigno con la diseñada vegetación de O Paraxón. Hace unos 10 años descubrieron que muchos de los grandes árboles estaban enfermos y hoy en la parte trasera del edificio hay un bosque de tocones. Por la parte inferior, eucaliptos a discreción. El Ayuntamiento de Oza-Cesuras invita a pasear entre las zonas frondosas, con bancos de reciente creación, fidelidad a los viejos caminos diseñados hace un siglo y una pequeña fuente fundada en 1992. Quizá es poco lo que se ofrece, pero el ayuntamiento se afana en invitar a los vecinos y turistas a caminar por este parque. «Gastamos 500 euros al mes en cortar el césped y cuidar la vegetación», esgrime el alcalde, Pablo González Cacheiro.

Gracias a la política, el ruinoso sanatorio salió de décadas de olvido. Apenas se conocía su existencia más allá de los límites municipales. Pero hace diez años, cuando se anunció la fusión de Oza dos Ríos y Cesuras, de una manera torpe y precipitada, el entonces regidor de Cesuras puso encima de la mesa, a cambio de aquel valiente e impopular paso político, la restauración del sanatorio como centro para la tercera edad. Pero el proyecto se fue difuminando al tiempo que los políticos veían que la fusión se descafeinaba porque apenas nadie seguía el ejemplo. La ruina siguió siendo lugar de acampada de jóvenes ociosos, grafiteros de dudoso gusto e incluso plató de rodaje de grabaciones pornográficas, poco que ver con un lugar para el cuidado de ancianos. Posteriormente se proyectó como escuela de cocina y ahora se está rehabilitando para un futuro albergue. Está por ver. O Paraxón está tan apartado de todo que hasta los proyectos se esfuman si nadie los agarra con tesón.

CESAR QUIAN

Pero el parque sigue ahí. Pese a sus mutilaciones, los árboles supervivientes aún tienen la capacidad de trasladarnos a una época en la que a la vegetación se la respetaba, no solo por su valor medioambiental, sino también por su capacidad curativa.

Ubicación

Está a pocos metros de la vieja casa consistorial de Cesuras, en la DP-2601.

Origen

Hace un siglo comenzaron las obras pero en 1930 se quedaron sin fondos.