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El «feísmo» más bonito del mundo

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

VEN A GALICIA

MARCOS MÍGUEZ

Un mamotreto de cemento que fue vigía militar y observatorio de aves se levanta con vistas privilegiadas entre O Portiño y EDAR Bens

17 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Pocas veces algo tan feo tiene un envoltorio tan bonito. Fea y ruinosa se levanta una construcción del tamaño de una salita de estar entre el puerto de O Portiño y la EDAR de Bens. Duele verlo. En su día fue un puesto de vigilancia militar, luego pasó a ser un observatorio de aves y hoy es un grano en una cara bonita. Abandonado y agujereado, es usado a veces como lugar de botellón. Hasta un colchón tiene, lo que hace suponer que alguien durmió en él imaginando, tal vez, que pasaba la noche en un mirador con vistas espectaculares.

En ese privilegiado entorno, ese chamizo le queda como un monóculo a un marrano. En la zona son pocos los que saben qué hace ahí, para qué sirvió. Preguntándose todos por qué no le pasan por encima con una máquina de orugas.

En el puerto de O Portiño no le ponen fecha. Antonio tiene 61 años y cuando era pequeño ya estaba. Recuerda que se iban a bañar a un acantilado que hay a los pies de esa construcción. «A la zona le llamábamos la piscina. Y eso ya estaba ahí». Pero no tiene ni idea de porqué ni quién lo puso. Como Antonio, Manuel, que a sus setenta tampoco recuerda la zona sin el mamotreto.

Para saber qué pinta ahí semejante horror arquitectónico, elemento puro del feísmo gallego, hubo que llamar a Manuel Arenas, experto en las baterías militares de la costa coruñesa. «Se trata de un puesto de observación que perteneció a la batería del monte de San Pedro en la época de entreguerras», cuenta. Dice que en Punta Herminia hay otro parecido, y al pie de esa segunda batería se levanta un búnker de comunicación al que estaba este conectado». Fue muy utilizado «para hacer prácticas de tiro».

Cuando ya no hizo falta militarmente, se convirtió en un mirador de aves marinas. Poco se utilizó pese a las maravillosas vistas que tiene.

El archipiélago de San Pedro y todo el océano por delante como idílico paisaje

Entre O Portiño y la entrada al EDAR de Bens corre un sendero muy utilizado por aficionados al paseo o al trote. Un camino que se hizo para disfrutar de las vistas y mover las piernas. Y no hay quien pase por ahí sin llevarse las manos a la cabeza. Porque la presencia de esa edificación no se entiende. Ahí sola, con el océano delante y unas vistas privilegiadas del archipiélago de San Pedro.

En el 2019 se anunció un proyecto para toda esa zona, desde O Portiño al monte de San Pedro. Se le llamó plan de Conservación del ENIL (Espacio Natural de Interés Local).

El Ayuntamiento quiso enaltecer el regalo de unas vistas inigualables. Delante de un archipiélago granítico compuesto por cuatro islas bajo los nombres de Aguión, As Tres Illas, O Pé y Vendaval.

Rico en el mundo de las aves, destaca, durante la época de cría, entre abril y julio, una colonia de gaviotas patiamarillas (Larus cachinnans). Las islas también ofrecen un hábitat muy adecuado para el paíño común (Hydrobates pelagicus). También aparecen otras especies como el ostrero (Haematopus ostralegus), el vuelvepiedras (Arenaria interpres) o el andarríos chico.