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El Camino Portugués no consigue remontar el año en sus dos variantes

María Jesús Fuente Decimavilla
maría j. fuente TUI / LA VOZ

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XOAN CARLOS GIL

Los peregrinos no llegan a los 60.000 que se habían previsto a la baja

05 may 2022 . Actualizado a las 14:29 h.

No se pretendía ni mucho menos llegar a las cifras del 2019 cuando aún no se sabía de la existencia del covid y los peregrinos del Camino Portugués alcanzaban unas cifras ahora inimaginables superando los 96.000. Pero la asociación de Amigos del Camino Portugués confiaba en que el 2021 terminara con 60.000, entre las dos variantes, por el interior y la costa. La cifra se fue rebajando en el último trimestre y el presidente de la entidad, Celestino Lores, ya se conformaba con superar los cerca de 35.000 peregrinos del 2010. Esta última previsión se ha salvado al terminar el año con 45.000, según constata la asociación.

«En principio contábamos con 120.000 y después bajamos la previsión a la mitad, pero teniendo en cuenta las circunstancias no nos parece mal. Creemos que hemos salvado los muebles», comenta. A pesar de su optimismo reconoce que hubo días que no tuvieron ni una persona en el albergue, sobre todo, a finales de año, cuando se juntó el auge de la pandemia con el mal tiempo.

El mayor varapalo lo sufrió el Camino Portugués por la Costa. Los peregrinos que se decantaron por esta opción suponen en torno al 25 % del total, lo que significa poco más de 11.000 personas, la mitad que en el 2019.

Lores lo achaca a varias circunstancias como la suspensión del ferri entre Caminha y A Guarda y la deficiente señalización en algunas zonas como es el caso de Vigo. Pese a ello, el albergue público puesto en marcha por la Xunta en la ciudad ha acogido en medio año en torno a dos mil peregrinos. Por el contrario, los dos gestionados por asociaciones vecinales en Saiáns y O Freixo (Valadares) han optado por cerrar en el primer caso, mientras que el segundo reconoce que apenas tiene estancias.

La decadente situación ha llevado también a cerrar temporalmente desde el pasado mes el albergue municipal de A Guarda. Si la situación mejora, la previsión es volver a abrir sus puertas el 17 de enero. Para ello es fundamental que cambien las circunstancias sanitarias, no solo en España, sino también en Portugal, de donde proceden muchos de los peregrinos y que al mismo tiempo es la puerta de entrada de otros países que llegan a través del aeropuerto de Oporto.

 Afectados

Aunque A Guarda ha sido el municipio que más ha sufrido la suspensión del ferri con Caminha, la medida ha afectado en gran medida a otros concellos como Baiona y Oia hasta el punto de tener que cerrar temporalmente varios albergues privados.

«Hemos cerrado desde noviembre hasta el primero de marzo. Si ya había poca gente, con la pandemia desbocada aún venía mucha menos. Pasaban días sin nadie y se empezaron a cancelar reservas. Ahora no hay ni una, solo para julio y depende de cómo vayan las cosas. No compensa tener la calefacción y el calentador puestos», comentan desde el Hostel Baionamar. En su opinión, «el problema gordo» es el desvío del Camino. «Al llegar a Caminha, en Portugal, les dicen a los peregrinos que sigan río arriba para que no abandonen ese país. Si no hay ferri es un restar continuo. Solo atraviesa el Miño la gente que se mantiene en sus trece de hacerlo por la costa, pero es la minoría», añaden en este albergue de Baiona.

El municipio que mejor parado ha salido ha sido Tui al captar peregrinos de las dos variantes del Camino Portugués. La oficina municipal de Turismo registró el pasado año 14.567 peregrinos. Poco más de la mitad eran españoles con predominio de Madrid, Sevilla, Pontevedra, Valencia, Barcelona, Cádiz y Málaga. Entre los extranjeros destaca Portugal, con el 25 %, seguido muy de lejos por Alemania, Italia, Estados Unidos, República Checa y Francia. Los datos suponen niveles similares a los del 2018 y no están muy alejados de los del 2019.