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Jesús Atadell: «Llevamos un mes montando el belén a tamaño natural de Viveiro, con jornadas de 10 horas mínimo»

Yolanda García Ramos
yolanda garcía VIVEIRO / LA VOZ

VEN A GALICIA

XAIME RAMALLAL

La instalación de Santa María «Viveiro ante o berce», impulsada por la Asociación Amigos do Casco Histórico que él preside, será inaugurada este domingo 5 en la ciudad

01 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Como cada año recibe la llamada de rigor por estas fechas, Jesús Atadell ya intuye cuáles serán las preguntas sobre el belén con figuras a tamaño natural de Viveiro, que volverá desde este domingo a revivir el espíritu navideño desde el atrio de Santa María. Todo un clásico, ya emblema de la ciudad en Navidad, que no pierde la esencia de un cuidadoso y grandioso trabajo aunque incorpore novedades, para que el de este 2021 no sea igual que el de 2020 ni tampoco a los anteriores. Siempre hay algo que sorprende en una instalación que ocupa unos dos mil metros cuadrados, cuenta con un centenar de figuras a tamaño real y recrea más de 30 escenas, señala el presidente de la Asociación Amigos do Casco Histórico de Viveiro, que impulsa «Viveiro ante o berce» (bautizado así desde 1998).

—¿Mucho trabajo con el belén?

El belén nos absorbe las 24 horas del día porque hay cambios constantes, variables que no controlas como el clima; de hecho, hay elementos que este año los pintamos tres veces... ¿Quién calcula los tiempos en esto? Dejamos el día de hoy [por ayer] para los que pintamos, porque nos parecía fenomenal, ya que desde ayer [anteayer] no llovió y está todo seco, pero estuvimos muy agobiados porque no nos secaba. Ahora dimos un repaso y nos faltan ‘cuatro' cosas...

—¿Hay alguna novedad?

—Sí, hay edificaciones nuevas y hasta cambia el portal, de sitio y de forma. Menos dos o tres edificaciones, como la noria, que es inamovible y las cercanas, todo lo demás tuvo un cambio significativo. Así todos los años tenemos algo nuevo... Algo como esto tiene que estar vivo. Además, este año no hay cabalgata de Reyes por fuera, donde se colocó toda la vida; este año los Reyes están ya en el portal, en el momento de ir a adorar el Niño Jesús... ¡Es totalmente diferente! También en el faro se hizo una edificación nueva, que mide como unos ocho metros y pico de alto. Y la zona del mar volvió a tener otro giro bestial. Está todo como más urbanizado...

—Es decir, el belén nació y sigue creciendo... como un «ser vivo». Como seguimos en «era covid», ¿cómo va a funcionar este año?

—Lo tenemos en circuito abierto alrededor de la iglesia pero configurado con posibilidad de cierre del circuito si es necesario si, después, por las normas covid o haya que volver a las restricciones como el año pasado, lo tenemos fácil, pues solo habría que poner un obstáculo. Es un recorrido, en principio, unidireccional. Siempre decimos que hay que entrar por la entrada que consideramos principal y salir por la otra.

—¿Desaparece alguna escena este año del belén?

—No va haber la del trono de Herodes, porque no tenemos sitio dónde ponerlo, no le encontramos ubicación.

—¿Por extensión, sigue con siendo el más grande de Galicia?

—Por extensión, considero que sí. Y, además, único en su estilo. No conozco en Galicia ningún otro belén de estas dimensiones con figuras a tamaño natural.

—¿Alguna se parece a alguien?

—Tenemos algún parecido, dentro de nuestra historia, al que le tenemos incluso nombre (sonríe)...

—Otra figura famosa es el «cagón», que hay que buscar...

—Aún no lo tenemos colocado pero vimos ahora un lugar que nos parece bueno, incluso vamos a recrearle el ambiente...

—Pidieron en otra ciudad, por ejemplo, hacer algo similar.

—Hubo el amago... Siempre digo que me parece imposible situar esto en otro sitio, con esta calidad y estos acabados. Aquí llevamos un mes montándolo con jornadas de 10 y 11 horas mínimo. El transporte, todo, se complica mucho.

PEPA LOSADA

«Hay un bum de la decoración de Navidad en el exterior. Lo de Vigo no lo veo mal, para nada».

Como especialista en escaparatismo y decoración, preguntamos a Atadell qué opina del bum navideño de los últimos años, comenzando por el «show» lumínico de Vigo: «Yo que llevo en este mundo toda la vida y tengo 62 años... en un principio, el bum de la Navidad se reflejaba solo en los escaparates y los comerciantes gastaban en cuidar los escaparates. Hablo de hace 20 ó 30 años, cuando había concursos que ahora se hacen en ‘cuatro' sitios pero antes era en ‘cuarenta'. Pasó a que los concellos sean los encargados, como con las fiestas y muchos actos, que antes hacían los vecinos, incluyendo las cabalgatas. Un bum de la decoración de Navidad en el exterior hay y para la gente que nos dedicamos a estas cosas, eso es bueno. Lo de Vigo no lo veo mal, para nada. Solo critico entre comillas, pues me parece que no podemos estar diciendo que tenemos que ahorrar luz y después, este dispendio. Pero creo que también no podemos ser tan tajantes. Fui niño y recuerdo que estas fechas eran, para mí, las mejores del año, todo era diferente. Y no celebrarlas, tampoco».