Patrocinado por

Ana Rosa llega a Santiago tras hacer tres etapas del Camino en familia

martín bastos

VEN A GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

La presentadora recorrió el Camino Portugués desde Pontevedra y se mostró «encantada porque nos ha hecho un tiempo estupendo»

12 oct 2021 . Actualizado a las 18:03 h.

Ana Rosa Quintana llegó este lunes al Obradoiro después de peregrinar tres días por el Camino Portugués desde la ciudad de Pontevedra. Tres etapas de 23, 18,5 y 25 kilómetros tras las que confesó estar tan cansada como «encantada porque nos ha hecho un tiempo estupendo». No es la primera vez que la periodista cubre la ruta jacobea «ya habíamos hecho el Camino Francés y ganado la Compostela», explica, pero esta vez ha sido muy especial para ella porque en la ruta, además de su marido, le han acompañado sus hijos y otros miembros de su familia. «Están todos en forma y hemos venido a muy buen ritmo, así que estoy muerta», reconoció tras entrar en la Catedral, visitar el Pórtico de la Gloria y cumplir con la tradición de visitar el sepulcro del Apóstol. Es precisamente el haber podido vivir el Camino en familia, y muy especialmente las cenas todos juntos tras las duras travesías, lo que más le ha gustado a Ana Rosa de la experiencia, además de que admite que le ha sorprendido muy gratamente la belleza de la ruta portuguesa.

La popular presentadora de Telecinco ya fue vista durante el fin de semana en PontevedraAna Rosa Quintana se acercó a cenar al Mercado con su familia y un grupo de amigos. Aprovechó su paso por la ciudad para probar la oferta culinaria del Gastroespazo. Llegaba tras la recomendación de unos amigos que ya lo habían probado unos meses antes. Ella, que pasó desapercibida para los clientes de la segunda plaza del Mercado, se sentó para probar los distintos platos de la Merluzateca y de Na Pola. El primero de ellos elabora platos con la merluza como protagonista, mientras el equipo de Na Pola le sirvió hamburguesa de Angus y huevos estrellados con chorizo, además de nuggets y fingers de pollo, con salsa alioli.

Según explicaron quienes pudieron charlar con ella, Ana Rosa Quintana aprovechó su estancia para conocer el santuario de la Peregrina. «Tuvo un trato exquisito y fue muy cariñosa con todos», reconocían este lunes las personas que la atendieron. La presentadora de televisión estuvo junto a su familia en el comedor que tiene unos enormes ventanales con vistas sobre el puente del Burgo y el río Lérez.

Kiko Rivera se reconcilia con su madre

Igual que hace algo más de un año el mundo Pantoja saltaba por los aires con la entrevista en exclusiva que ofrecía Kiko Rivera repleta de reproches hacia su madre, la que publicó ayer la revista Lecturas también ha sido una auténtica sorpresa. Después de meses vertiendo duras acusaciones contra Isabel Pantoja, afirmando que le había robado, que llegaría hasta el final en cuestiones legales para reclamar su dinero y que era una «mala madre», Kiko ha dado un giro de timón tras el encuentro que tuvo con la tonadillera tras el fallecimiento de su abuela, doña Ana. «Abracé a mi madre 15 minutos llorando, le perdono el dinero». Así amanecía ayer la revista Lecturas que adelantaba su publicación al lunes. Kiko dice que cuando se acercaba no sabía si le abrirían la puerta o si sería bien recibido. Sin embargo, parece que sus temores se esfumaron tras encontrarse con su progenitora y darse un abrazo que para él fue «un perdón sin palabras».

Pero si sorprendente es la reconciliación con su madre, más aún lo son las declaraciones que hace a la revista sobre su tío Agustín. Kiko relata que no se vio con él en su visita a Cantora porque no supo cómo actuar en ese momento. Sin embargo, al día siguiente hablaron por teléfono y le dio el pésame a su tío. Al parecer, ambos se emocionaron y lloraron juntos mientras Agustín le decía al dj: «Esta es tu casa». Tanto han cambiado las cosas con el fallecimiento de doña Ana que incluso asegura que va a quitar la demanda que interpuso a su tío para empezar de cero.

El dj reconoce que han pasado un año «de mierda, enfadado con todo el mundo». Sin embargo, no ha llegado la paz completa a Cantora ya que, después de esta reconciliación, el hijo pequeño de Paquirri ha puesto en su punto de mira a su prima Anabel y a su hermana, Isa P. De la primera dice que ha pasado «un año creyéndome sus patrañas» y pone en duda el papel conciliador que parecía haber tenido hasta el momento. Le reprocha que haya celebrado su boda y considera que la fiesta después del enlace se les fue de las manos. Sobre su hermana, explica que no tiene una relación diaria con ella, que no la ha tenido nunca y, por eso, ahora es muy difícil recuperar el tiempo perdido.

De hecho, asegura que habla más con su cuñado que con su hermana pequeña. Sobre las dos, las acusa de no tener oficio ni beneficio y de dedicarse a ir a televisión a hablar de su familia, una declaración que cuanto menos sorprende al hacerse en el marco de una entrevista en exclusiva que versa sobre sus cuestiones personales y cuando su esposa, Irene Rosales, ha tenido durante meses el mismo trabajo que su hermana y su prima.

Llama la atención que la publicación de esta entrevista ha sido apenas dos días después de que se celebrara en Cantora un funeral en memoria de doña Ana el pasado sábado. Una cita a la que no acudió Kiko y en la que, sin embargo, sí que estuvieron Isa P. y Anabel junto a Isabel y Agustín Pantoja. Habrá que esperar para ver cómo se escribe el siguiente capítulo de esta historia.

Rivera Ordóñez

Todo esto ha coincidido con la decisión que han tomado Francisco y Cayetano Rivera Ordóñez que han desistido de seguir reclamando por la vía judicial los trastos de torear a la viuda de su padre. Su abogado, Joaquín Moeckel lo confirmaba este fin de semana señalando que la decisión tenía por objeto no poner a su hermano Kiko en el compromiso de tener que testificar contra su madre.

Los hijos mayores de Francisco Rivera y Carmen Ordóñez iniciaron acciones legales al conocer a través de las declaraciones de Kiko Rivera en La herencia envenenada que los enseres de su padre estaban todavía en Cantora y no habían sido robados como habían intentado hacerles creer durante años. Sin embargo, parece que no están dispuestos a hacer pasar a su hermano por el duro trance de declarar contra la tonadillera por unos trajes de torear.