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¿A qué esperas para probar estos restaurantes?

María Vidal Míguez
MARÍA VIDAL

VEN A GALICIA

VÍTOR MEJUTO

Una carta de lo más apetecible y mucha ilusión y ganas de puertas para dentro, están siendo las claves del éxito de estos locales que acaban de abrir

21 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Existe la creencia, para muchos, de que en septiembre arranca el año. En el sentido escolar, a nivel de propósitos, de actividades... y por qué no: culinario. Hoy en YES te traemos algunas propuestas para estrenar la temporada gastronómica. Son tres locales de A Coruña, Vigo y Ourense, aunque seguro que hay muchos más, que han abierto sus puertas recientemente, y que están teniendo muy buena acogida.

 Uno de ellos es Nomade, la última apuesta del grupo Mamá Chicó. Precisamente está ubicado al lado de este último en la calle Picavia de A Coruña. Hace apenas cuatro semanas que abrieron, en pleno agosto, un mes muy bueno a nivel de hostelería en la ciudad, por lo que sus dueños señalan que «el verdadero termómetro llegará ahora». «En Nomade buscamos el origen del producto fresco, prácticamente todo se hace a la brasa, buscando la cocina de fuego, la básica, con productos de la tierra y del mar», señala Martín Presumido, uno de los socios. Cuatro son los pilares en los que se asienta su filosofía: verduras, productos del mar (desde mariscos con concha hasta pescados) «aunque no es una marisquería» y carne a la brasa. La cuarta pata es la propuesta más rompedora: una oferta líquida artesana. «Los restaurantes toda la vida nos hemos dedicado a hacer una oferta de comida, nos curramos una carta muy chula, pero después cuando llegas a la mesa, te abren una Cocacola, una botella de cerveza o vino. Todos productos envasados, industriales, y en su mayoría con conservantes. Sin embargo, nosotros hemos decidido, además de currarnos la oferta de comida, que en eso somos uno más, ofrecer una carta líquida. No hay Fanta ni Cocacola, si la quieres, te la hago. Cojo una naranja exprimida, agua carbonatada, estevia y te hago un refresco de naranja», señala Martín. Además de refrescos naturales, tienen unas sangrías espectaculares y unos licores macerados por ellos mismos.

VÍTOR MEJUTO

Aunque podría ser el primer local que no cuenta con ningún tipo de refrescos a los que estamos acostumbrados, Martín asegura que no se trata de una apuesta arriesgada. Advierte que la clave es comunicarlo bien, por ejemplo, cuando alguien comenta cuánto tarda la bebida. «Es que te la estamos haciendo al momento», responde a la vez que señala que de momento la propuesta ha encajado muy bien entre los comensales. Casi tanto como la milanesa de presa ibérica que se ha convertido en el plato estrella. «En mi tierra es muy típica la milanesa grande, y quisimos hacer algo así pero al gusto de los españoles. Además, la puesta en escena de este plato es increíble, y está teniendo una acogida espectacular. Estamos comprando 50 kilos de carne a la semana», asegura el empresario que igual que en su día quiso hacer de las pizzas en Mamá Chicó un producto gourmet, ahora quiere seguir el camino con el clásico filete rebozado.

GRECIA EN OURENSE

La siguiente reserva nos lleva hasta el casco histórico de Ourense, donde el mes pasado se inauguró El Cocote, un restaurante que antes estaba en la zona universitaria, y que con la mudanza ha aprovechado para hacer una pequeña revolución en su carta. «Hasta ahora ya preparábamos algunos platos griegos, porque mi mujer es de allí, pero debido a la alta demanda, ahora hemos decidido enfocarnos y ahora es casi la mitad de la carta», señala el cocinero Javier Prieto, que junto a su mujer Theodora Papadopoulou, que se encarga de la sala, y otro socio, Miguel Veiras, han llenado de vida este mítico local de Ourense, donde en su día estaba el San Lorenzo, pero que llevaba más de 30 años cerrado. «Nos han llamado de Santiago, A Coruña o Vigo preguntando si éramos el restaurante griego. Viendo eso ahora al venir a la zona de los vinos, sí que queríamos tener algo más que el menú, incluir más platos de los que teníamos», cuenta Javier que ha tenido en su mujer y en la tía de esta muy buenas maestras para ser fiel a las recetas clásicas.

MIGUEL VILLAR

Antes preparaban menús «un poco más elaborados de lo habitual» con productos del mercado, una iniciativa que también recuperarán en breve. Mientras no llega, pueden ir pidiendo la tabla griega como la gran mayoría, un plato pensado para compartir donde se pueden degustar hasta cinco especialidades de esta popular comida. «La acogida está siendo mejor de lo que nos esperábamos. Al final es una comida especial, una cocina especiada a la que, en principio, nuestros paladares no están acostumbrados», explica. Pero si lo griego no te llama, en la otra parte de la carta puedes encontrar desde carnes, tostas mexicanas, pulpo o gyozas, una oferta que pretenden ir renovando cada tres o cuatro meses para aprovechar los productos de temporada.

Hace tres meses que La Mestiza dejó de ser un sueño para convertirse en una realidad. Juan, el compadre de Saida, fue la pieza clave para tejer la red que necesitaban y reunir a José Juan, Rivera y Gloria en torno a este proyecto. En total son seis socios, pero las caras que más rondan por el restaurante ubicado en la plaza de Compostela en Vigo son las de Anxo y Saida, cocinero y encargada de sala, respectivamente, y pareja desde hace 11 años. Anxo lleva 24 años detrás de los fogones. Sus abuelos tenían un bar en Vigo que se llamaba El Cotorro, y allí se crio. Desde el Pedro Madruga (Baiona) a Casa Irene o La Pleta (Valle de Arán), pasando por el Ibiza Gran hotel, el Nagari y Casa Solla (Poio), entre otros, ha vivido de cocina en cocina, aprendiendo, enseñando y creando. A su lado, siempre, Saida Rey, que ha trabajado tras la barra de muchos locales de Vigo y que lleva más de una década dejándose contagiar por la pasión de Anxo por la cocina, especialmente por el sushi.

 

M.MORALEJO

WOKS Y CARNES EXCLUSIVAS

Después de años cocinando y trabajando juntos en muchos restaurantes, ahora por fin lo hacen en el suyo «ofreciendo un producto maravilloso a un precio razonable». «Es una cocina tradicional, pero con un aire moderno, dándole una vueltica, poniendo toques asiáticos, sudamericanos», explica Saida que confiesa que la idea era abrir una foodtruck, un take away, aunque finalmente descartaron la idea porque no encontraron ningún local que se ajustara a sus necesidades. «También nos hemos planteado coger a los perros y a los niños, y llevar la foodtruck por las fiestas vendiendo woks -explica-, aunque al final los tenemos en la carta, y se venden muy bien». Woks, croquetas, carnes exclusivas o tres preparaciones de bacalao para abrir boca, si bien no conviene llenarse, ya que nadie debería irse sin probar los postres caseros. Saida tiene muy claro lo que quieren ofrecer: «A mí me da igual si el camarero lleva la bandeja más alta o más baja, por la derecha o por la izquierda, lo importante es que el cliente se sienta a gusto y la palabra ‘no' está prohibida. Si te dicen: ‘¿Me puedes hacer esto?' La respuesta es: ‘Espera, que le voy a preguntar al cocinero.' Intentamos que sea una experiencia agradable y que vuelva».

Avisados estáis, si en unos meses conseguir mesa es una odisea, no será porque YES no os ha advertido.