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«Hay peregrinos del Camino Inglés que vienen de Estados Unidos sin reserva y sin saber dónde van a dormir»

A. F. C. NEDA / LA VOZ

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Varios peregrinos descansan en el albergue de Neda, que gestiona el Concello
Varios peregrinos descansan en el albergue de Neda, que gestiona el Concello JOSE PARDO

Los albergues públicos y los hospedajes privados de Neda y Pontedeume se han visto sobrepasados por los caminantes

07 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

A Lourdes Maragoto, propietaria de la pensión-residencia Maragoto, de Neda, que abrieron sus padres hace más de 30 años, le cuesta comprender cómo, en plena pandemia, hay quien se lanza a recorrer el Camino Inglés sin planificar dónde va a pernoctar. «Hay peregrinos que vienen de Estados Unidos sin reserva y sin saber dónde van a dormir», cuenta esta empresaria, que ha vivido un verano «bastante mejor que el anterior», pero que aún se parece poco al del 2019. «El 95 % ha sido turismo nacional y el visitante extranjero deja más dinero, porque consume más», explica. Las medidas anti-covid le obligaron a organizar turnos para servir los desayunos.

En el albergue público de Neda, con 28 plazas, que este verano se redujeron a diez hasta el 25 de agosto, cuando se le permitió usar 13, se alojaron 60 peregrinos en junio (en la segunda quincena, cuando reabrió), 223 en julio y 224 en agosto. «Se llenó siempre, y se hubiera llenado igual con las 28 camas disponibles», apunta Vicky Fornos, técnica de turismo del Concello y encargada de este hospedaje. Varios días tuvo que desviar huéspedes a establecimientos de Fene o Ferrol, «porque ya no quedaban camas en los alojamientos de Neda ni de Narón», los primeros a los que acudía por proximidad.

En algún caso, acabó gestionando una reserva para una peregrina alemana en un hotel de Cabanas, «porque más cerca no se encontraba nada». Esta mujer caminaba sola por la ruta xacobea, aunque su marido, con un problema de salud, la acompañaba en coche, esperándole en la localidad donde finalizaba cada etapa. «No entendía por qué no hablábamos alemán», relata, extrañada. Otra gente mostraba su sorpresa por las restricciones de aforo. «En estos tiempos no se puede ir a la aventura, hay que reservar antes», subraya la responsable del albergue nedense.

En la instalación municipal de Pontedeume, con 20 camas (solo utilizaron siete hasta que la Xunta autorizó aumentar el aforo hasta el 50 %, hace un par de semanas), también se vieron sobrepasados por los viajeros del Camiño Inglés. En junio pernoctaron 69 personas, en julio 165 y en agosto 189, más que en 2020 pero muy lejos de los datos del verano de 2019, con 363 en junio, 509 en julio y 611 en agosto. En total, en la oficina de turismo atendieron consultas de 1.712 peregrinos entre junio y agosto, frente a los 3.299 del mismo período del año previo a la pandemia.

En la villa eumesa, los hospedajes privados también se vieron desbordados por la afluencia de caminantes, que se mezclaban con otro tipo de turistas. Algún peregrino no tuvo más remedio que pernoctar en la calle.