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Islas Cíes, el nacimiento del paraíso gallego

Iria Souto, B.A., O.A.

VEN A GALICIA

Oscar Vázquez

Los principales sucesos geológicos que han marcado su forma actual

05 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La relevancia de las islas Cíes no solo reside en sus increíbles paisajes, sino también en su riqueza geológica. Su forma y relieve actuales permiten comprender la historia geológica de la costa atlántica gallega.

El archipiélago se compone de tres islas: Monteagudo, Faro y San Martiño. Sin embargo, inicialmente las dos primeras estaban unidas. Su separación se debe a la falla de Rodas, que generó una zona de debilidad en las rocas. Esto permitió una mayor erosión entre ellas y su posterior separación.

La vertiente occidental de las islas presenta acantilados escarpados y furnas, creados por la acción del mar y el viento que erosionó las rocas que forman la costa. En la parte oriental, resguardada de estos fenómenos, se sitúan las playas y dunas.

Todas las furnas tienen un nombre y la mayoría se relacionan con alguna leyenda. No pueden visitarse porque están en zonas de reserva, pero pueden verse desde algunos puntos. Pero no es este el elemento que distingue a las Cíes, ya que pueden encontrarse furnas en gran parte de la costa gallega. Las islas presentan un elemento singular, una unión única que las hace especiales. Se trata de la playa y el cordón dunar de Rodas, que funciona como un puente natural que conecta las islas de Monteagudo y Faro. A esto se le denomina sistema barrera-laguna, ya que pegada a la barrera arenosa se formó una laguna costera.

La relevancia de las islas Cíes yace también en su importancia geológica, pues su sustrato rocoso procede de 300 millones de años atrás, cuando se formó el supercontinente Pangea. Esto se produjo por la colisión de Laurasia y Gondwana, que al chocar desembocó en la elevación de la cordillera Varisca.