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Hemeroteca | Indurain vive la experiencia de hacer el Camino en bicicleta

Patricia Blanco
Patricia Blanco

VEN A GALICIA

Miguel Indurain a su paso por O Cebreiro.
Miguel Indurain a su paso por O Cebreiro. Patricia Blanco

El ciclista peregrinó a Santiago por primera vez durante el Xacobeo 2010

31 ago 2021 . Actualizado a las 14:14 h.

La peregrina noticia de que Indurain se dirigía hacia el Apóstol por el Camino llegó a O Cebreiro el martes. En cada bicicleta se buscaba al ganador del Tour cinco años consecutivos, hasta que con certeza se supo que no viajaba solo, sino en medio de algo más de 40 personas, integrando la 20.ª edición de la Ruta Xacobea de AC Hotels, complejo presidido por Antonio Catalán, quien, por cierto, lleva todos esos años cumpliendo con el trayecto. Entre los integrantes del pelotón venía el artista Serafín Zubiri, así como otros miembros del club ciclista ONCE. Partieron el día 19 de Corella y entraron en O Cebreiro ayer mismo, pasada la una de la tarde y en dirección a Sarria, donde pernoctaron. Hoy llegan a Compostela. Otros peregrinos anticipaban haberse encontrado ya con ellos.

«La verdad es que se hace algo difícil, hay tramos de gran dureza», admitió Indurain, cuya esposa va con la comitiva. Es para algunos uno de los más grandes de la historia del ciclismo, pero, sin embargo, en el Camino está siendo su primera vez. «Solo había hecho un trocito pequeñito con David Bisbal, pero hasta Santiago no». En cambio, para Zubiri, que se desplaza en tándem con otro compañero, es la séptima experiencia de peregrinación. «Y, además, me gusta el número 7, así que voy encantado», bromeaba a su llegada y antes de reponer fuerzas (en poco tiempo) a base de fruta y un bocadillo. Induráin señaló como una de las etapas más duras (lo hacen en seis) la primera, por desplazarse con el viento en contra, pero el cantante (que se marcaba el estribillo del eurovisivo Algo pequeñito) tiene claro que la subida a O Cebreiro se lleva la palma: «Por algo nosotros le llamamos la ''etapa reina''».

Para Catalán, este Camino de 873 kilómetros ya es algo conocido: «Me sé todas la curvas, donde hay que parar...», explicaba. Aun así, esta edición está siendo especial por contar con la presencia del ciclista navarro: «Es la discreción en persona, amable, paciente, un gran apoyo para los demás peregrinos. Si cobrara un euro por cada una de las fotos que le han hecho, a estas alturas sería muy rico». Es la larga sombra del mito.