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Los aforos reducidos y el bum del Camino desbordan los albergues públicos de Pontedeume y Neda

ANA F. CUBA PONTEDEUME / LA VOZ

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Interior del albergue de peregrinos de Neda, que gestiona el Concello, ayer por la tarde
Interior del albergue de peregrinos de Neda, que gestiona el Concello, ayer por la tarde JOSE PARDO

Los alojamientos privados de la localidad eumesa tampoco dan abasto este mes

06 sep 2021 . Actualizado a las 16:37 h.

Los albergues públicos, con límite de aforo, están desbordados por la afluencia de peregrinos en el Camiño Inglés; y los caminantes se desesperan por las dificultades de encontrar alojamiento. En el caso de Pontedeume, donde han abierto varios hospedajes privados en los últimos años, este mes también les está resultando difícil absorber la demanda. Hasta el viernes, los albergues solo podían funcionar al 30 % de su capacidad, debido a la pandemia, y ahora, la Xunta les permite un aforo máximo del 50 %. «Ni aun así, en Neda quedan 14 plazas y hay días que a las doce de la mañana ya están cubiertas», apunta el alcalde, Ángel Alvariño.

Peregrinos en el albergue Río Eume, un establecimiento privado operativo desde hace un año
Peregrinos en el albergue Río Eume, un establecimiento privado operativo desde hace un año

En Pontedeume, de momento, continúan al 30 %, con solo siete camas disponibles. El albergue Río Eume, privado, en funcionamiento desde hace un año, también padece las restricciones, con solo diez de las veinte literas operativas, salvo cuando los caminantes llegan en grupos, que puede alojar en las tres habitaciones con que cuenta, sin más límite que las plazas reales. El encargado, Sergio Iglesias, lamenta las limitaciones, que les impiden atender a todas las personas que llaman a su puerta: «Está la parte económica, pero también la personal, tienes que decir que no a peregrinos que viajan solos, que no tienen dónde dormir».

Peregrinos en la entrada del hospedaje habilitado en la antigua casa de oficios de Pontedeume
Peregrinos en la entrada del hospedaje habilitado en la antigua casa de oficios de Pontedeume

Algún caminante se ha visto obligado a pernoctar en la calle, por la imposibilidad de pagar un hospedaje privado o porque no ha encontrado habitación. Mario Torres y su mujer, Belén Jiménez, de la empresa Caminamos Contigo, abrieron en agosto de 2020 un hospedaje, en la antigua casa de oficios. «En realidad, estamos al 40 % de los peregrinos de un año normal, pero, con las restricciones, está siendo todo un poco caótico. Junio empezó con miedo, en julio se fue recuperando, y en agosto ha sido la eclosión, que seguirá en septiembre», sostiene Torres. Con 45 habitaciones y capacidad para 70 personas, alberga tanto a peregrinos con a otros viajeros. «Tenemos estancias amplias, que les dan seguridad», señala. La mayoría reservan antes, igual que ocurre en los albergues. Torres se queja, únicamente, de la prisa por ponerse a andar, en el caso de los usuarios del Camiño Inglés, «para llegar a tiempo al albergue de Betanzos». «Pero nosotros no podemos darles el desayuno a las cuatro de la madrugada para que salgan a las cinco, porque tenemos que cumplir los derechos laborales de los empleados», subraya.

Interior de la pensión Casa Apilladeira, que abrió en el año 2017
Interior de la pensión Casa Apilladeira, que abrió en el año 2017

La pensión Casa Apilladeira también se nutre de caminantes, además del turismo familiar que opta por Pontedeume. El apartamento y las cuatro habitaciones se llenan a diario este verano. «Hay peregrinos desesperados, que no encuentran dónde meterse [...]. Desde el 15 de mayo, cuando empezó a moverse esto, estamos a tope, y septiembre lo tengo casi como agosto [...]. Estamos encantados, después de un año y medio horrible comenzamos a ver la luz», reconoce el propietario, Xulio Tenreiro.

En el hotel Montebreamo, con seis habitaciones, el verano «va bien, julio ya fue bastante bien, y agosto siempre es el mejor», según indica Mari Carmen Rey, responsable del establecimiento, junto a su marido, Ramón Rodríguez. No obstante, se muestra cauta: «El problema es que es estacional, antes de la pandemia hasta noviembre íbamos picando, a ver qué pasa este año».

Las restricciones se relajan y el hospedaje público de Neda puede ofrecer 14 plazas

El Concello de Neda valora «o avance» que supone incrementar del 30 al 50 % la capacidad máxima del albergue de peregrinos, que ahora ya puede ofrecer 14 de las 28 plazas existentes. Y cuando el alojamiento compartido sea de un grupo «burbulla» o de convivencia estable, esta restricción no se aplicará. El centro reabrió el 15 de junio, con reserva en línea, fórmula que se suprimió a comienzos del mes de julio. Desde entonces rige el orden de llegada a las instalaciones.

«Establécese unha orde de prelación para a acollida: peregrinos con limitacións físicos, os que fan a ruta a pé, os que van a cabalo, en bici, persoas que viaxan con coches de apoio e, finalmente, os que inician o Camiño no correspondente albergue», recuerdan desde el Ayuntamiento nedense.