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Los cámpings (solo) hacen el agosto

ANA F. CUBA FERROL / LA VOZ

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El cámping Valdoviño fue el primero que se abrió en Galicia, hace ya seis décadas
El cámping Valdoviño fue el primero que se abrió en Galicia, hace ya seis décadas José Pardo

El turismo gallego y nacional salvan la temporada del sector, que comenzó tarde y se ha quedado sin apenas huéspedes extranjeros por la pandemia

23 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Agosto no basta para hacer el agosto, pero consuela. «La primera quincena fue bastante mejor de lo previsto, pero hay que ver cómo acaba el mes, y hay que pensar que está siendo un verano difícil. Hay que ser serios, la pandemia genera una preocupación constante, ha habido una buena ocupación pero sin exagerar. Si lo comparamos con 2020, bien, pero si miramos al 2019, mal. Estamos contentos porque podíamos estar mucho peor», reflexiona Delfín Fidalgo, presidente de la Asociación Gallega de Cámpings y propietario del primero que se montó en Galicia, en Valdoviño, hace seis décadas.

El turismo gallego y nacional, con un crecimiento notable, ha sostenido al sector, que en algunas zonas de la provincia vivía, fundamentalmente, de los visitantes extranjeros, ahora ausentes por las restricciones a la movilidad. María José Busto es una de las responsables del cámping Ruta de Finisterre, un negocio familiar puesto en marcha en 1980 por sus padres y unos hermanos en un terreno heredado de su abuela, al pie de la playa de Estorde, en Cee, «donde se hacía acampada libre hace 50 años».

Estas instalaciones están operativas desde el 15 de junio. «En realidad -reconoce-, se empezó a trabajar un poquito bien en julio, más o menos como el año pasado. El tiempo no ayudó, pero julio fue bien y agosto, muy bien». Este es un espacio de acampada con los servicios clásicos: «No tenemos bungalós, solo parcelas, cafetería, restaurante, supermercado y lavandería».

El cámping Ruta de Finisterre se encuentra al pie de la playa de Estorde, en Cee
El cámping Ruta de Finisterre se encuentra al pie de la playa de Estorde, en Cee

Busto constata que las tiendas de campaña «están en desuso». Abundan las autocaravanas de alquiler, «que hacen un máximo de dos noches, para vaciar y reponer agua», y las furgonetas. Sus clientes «son de mediana edad para abajo» y este verano ya ha tenido que decirle que no a más de uno. «Este mes hemos estado al completo [...]. Los campistas nos dicen que se han sentido seguros. Nosotros hemos aplicado los protocolos de limpieza y distancia, y ellos han puesto mucho de su parte, incluso la gente joven. Es una zona apartada y la gente viene a descansar», remarca.

En el campismo hay mucho principiante, gente que se ha iniciado en esta forma de viajar por la pandemia. ¿Se consolidará esta tendencia? Fidalgo elude los pronósticos: «No me atrevo a hacer ningún tipo de vaticinio, sí creo que ni los cámpings ni los hoteles van a ser como eran, como tampoco lo será el urbanismo... Habrá que disponer de más espacio para una convivencia positiva, pero separada, no el abrazo constante, sino el mirarnos constante». Este veterano del sector confiesa una única certeza: «Lo que viene va a ser diferente, no sé si mejor o peor. No soy ni radicalmente pesimista ni optimista. El ocio tendrá que convivir con la naturaleza y ajustarse a los criterios medioambientales. ¿Que ahí estamos mejor posicionados que otros? Posiblemente sí, pero hay que avanzar. Ningún tiempo pasado fue mejor, pero sí nos debe dar aprendizajes para el futuro, que es el presente, mañana».

Jesús Asorey es el propietario del cámping compostelano As Cancelas
Jesús Asorey es el propietario del cámping compostelano As Cancelas PACO RODRÍGUEZ

Jesús Asorey, cámping As Cancelas (Santiago): «He tenido más gente de Galicia este año que en los 39 anteriores»

«El verano es muy corto, empezamos en julio y no fue bueno y habíamos perdido los seis meses anteriores. Agosto sí está respondiendo, está muy cerca de un año normal... y septiembre es una incógnita», resume Jesús Asorey, propietario del cámping As Cancelas, que en 2022 cumplirá 40 años. Ni él ni el resto de los alojamientos de Santiago esperaban que «la ciudad estuviera tan llena ni que se pudiera trabajar a estos niveles». Advierte, sin embargo, que en Año Santo, sin pandemia, el flujo de visitantes «sería mucho mayor». «Al completo no estamos, algún día se ha llegado al 80 % de ocupación», aclara.

Las estancias en las instalaciones de As Cancelas se han alargado ligeramente respecto a la etapa previa al covid-19. «En 2019 el tiempo medio fue de 1,82 días y ahora está en 1,9. Es una subida y te da algo más de estabilidad. Este es un cámping de mucho trasiego, hay muchas entradas y salidas, cada día se marcha sobre el 50 % de la gente», señala. Sin apenas extranjeros -«en julio, ninguno, ahora se empiezan a ver»-, el turismo nacional ha aumentado. «Y el local. He tenido más gente de Galicia este año que en los 39 anteriores», cuenta.

Asorey se muestra esperanzado: «A ver si tenemos la suerte de que septiembre enlace con esta alegría que ha venido en agosto, y a ver si vamos cogiendo rampa de despegue en el otoño para el año que viene, que es otro Año Santo, ya sin tantas ataduras».

José González, en las instalaciones del cámping Bastiagueiro, con magníficas vistas
José González, en las instalaciones del cámping Bastiagueiro, con magníficas vistas

José González, cámping Bastiagueiro (Oleiros): «Hay necesidad de salir, después de estar todos enclaustrados»

José González, fundador del cámping Bastiagueiro, prefirió no abrirlo en 2020 y lo reservó para confinarse con su hija y sus nietos. En 1985 solicitó la licencia y en 1988 lo inauguró, al pie de la playa, «en una zona de Oleiros que ahora es vip». Él y su compañera se ocupan de la gestión de los bungalós (cinco), las caravanas de alquiler (dos) y las parcelas para tiendas y caravanas, y el bar lo tiene arrendado. «Este año va bien, no me quejo. El viernes atendí 90 llamadas, ya me dolía la oreja», comenta.

Este empresario percibe «necesidad de salir, después de estar todos enclaustrados, aquí y en toda España». La clientela internacional -«antes teníamos gente de toda Europa e incluso de Australia»- ha desaparecido. «Hay muchos turistas de paso. Los bungalós, en agosto, no los alquilamos por menos de una semana, y tenemos estancias de hasta 15 días», detalla. Hay quien no ha fallado ni un verano en décadas. «Una familia de Asturias y otra de Madrid llevan viniendo 34 años, dejan aquí la caravana. El año pasado lo pasaron fatal y ahora están encantados», relata.

González ensalza el emplazamiento, a 300 metros de la playa de Bastiagueiro, «una situación privilegiada, con unas vistas maravillosas». Del comportamiento de los campistas no tiene queja: «Se portan bien, la mayoría son familias, este es un sitio muy tranquilo, vienen a descansar y relajarse, el que quiere juerga tiene que hacerla fuera».

El cámping Fragadeume se sitúa al lado del parque natural de las Fragas do Eume, en Monfero
El cámping Fragadeume se sitúa al lado del parque natural de las Fragas do Eume, en Monfero

 Juan Carlos Tarazona, cámping Fragadeume (Monfero): «Hay mucha gente que está optando por primera vez por este tipo de turismo»

Juan Carlos Tarazona, al frente del cámping Fragadeume, en Monfero, realiza un balance favorable del verano. «En julio estuvimos al 60 o el 70 %, y en agosto, todo lleno», apunta, en alusión a los bungalós. La zona de acampada ha rondado el 60 % de ocupación. «No está nada mal. Hay muchos campistas nuevos, gente que no frecuentaba el cámping y que ahora está optando por primera vez por este tipo de turismo, como una alternativa segura», sostiene.

La mayor demanda de autocaravanas en alquiler responde precisamente a eso: «Cada uno está dentro de su vehículo y no hay contacto, se puede guardar mejor el control de la asepsia y la distancia». La piscina no se está usando mucho, sobre todo porque el tiempo no anima a darse un chapuzón. «Viene gente del sur de España, Valencia o Murcia, escapando del calor, muchos no conocían Galicia, no era una opción de viaje para ellos porque se iban a otros países, y nos comentan qué bonita es. Hemos tenido a unos suizos y les encanta, dicen que es igual que Suiza pero con mejor clima», dice. Eso sí, la mayoría, remarca, «son gallegos».

Esteban Álvarez, cámping Velo-Mar (Sada): «Hemos tenido más de un 60 % de cancelaciones por la situación del covid»

El tiempo no jugó a favor en el mes de julio, sin apenas movimiento en el cámping Velo-Mar, montado por los abuelos del actual responsable, Esteban Álvarez, en 1971, en la playa de Cirro, en Sada. «Agosto ya bajó bastante, desde la semana del 15», indica. «Hemos tenido más de un 60 % de cancelaciones este verano por la situación en la que estamos. No sabían las fechas de las vacaciones, cogieron el covid o tuvieron problemas familiares. Está siendo todo muy inestable», se lamenta.

«¿De qué te valen 20 días de trabajo? No te resuelven nada», razona, «cansado» de avisar a los campistas para que se pongan la mascarilla y guarden la distancia de seguridad. «Un porcentaje muy alto no respeta nada, y no quiero andar detrás de nadie, las normas están expuestas», recalca. Coincide con otros alojamientos en el incremento del turismo nacional y la caída del foráneo.