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Pasar el día en alta mar con amigos, una alternativa desde 600 euros al día

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

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Uno de los yates, de 52 pies, que alquila en la ría de Pontevedra la empresa Sea Galicia
Uno de los yates, de 52 pies, que alquila en la ría de Pontevedra la empresa Sea Galicia SeaGalicia

Los veleros son más asequibles que los yates, que rondan los mil euros

23 ago 2021 . Actualizado a las 11:50 h.

Pasar un día en alta mar ya no es un capricho solo para los que tienen la cuenta bancaria con varios ceros. Embarcar por la mañana a bordo de un velero con diez amigos supone un gasto de 600 euros. Navegar ya no es sinónimo de exclusividad. Si algo bueno ha dejado la pandemia es que el mar se ha democratizado y se ha relanzado el sector náutico. Son cada vez más los que optan por un día diferente para evitar las aglomeraciones de unas Rías Baixas desbordadas en verano. «La explosión de los barcos fue el año pasado y este verano se mantiene. La gente busca aislarse», explica Pablo García, responsable de Sea Galicia, que aunque tiene huecos libres para esta segunda quincena de agosto, reconoce que los fines de semana de este mes son casi imposibles.

Pero, ¿qué precios tienen? A más metros, más euros. Esa es la regla de tres que marca el ocio en alta mar. Así, por un velero para diez u once personas hacen falta entre 600 y 700 euros al día, pero si lo que se alquila es un yate, el coste se eleva hasta una horquilla que va desde los 900 a los 1.500 euros en la mayoría de los casos. Algunos de estos barcos no incluyen combustible ni patrón, que supone 150 euros más al día. «Cada hora de navegación en un yate son entre cien y 150 euros en gasoil», apunta García. En Sea Galicia reconoce que tiene barcos que alcanzan hasta los 3.000 euros al día. Esos megayates de lujo están demandados habitualmente por futbolistas en sus días de descanso o vacaciones. A veces son hasta varias embarcaciones de la misma envergadura las que salen a navegar juntas, pero no es lo más habitual.

Carlos Agra, responsable de la empresa Eolo, asegura que tiene una flota de barcos en alquiler disponibles desde los 300 euros. «Son veleros de nueve metros de eslora para cuatro o cinco personas con patrón. Si ya es de 12 metros el precio se dobla», apunta el responsable de esta empresa que opera con base en Sanxenxo. La mayoría de los clientes cogen el barco en este puerto y en Portonovo para navegar hasta Ons o Aldán, donde fondean hasta regresar a puerto. La capital turística de las Rías Baixas acapara casi el 100 % de la oferta de la ría de Pontevedra, aunque todavía hay suficiente margen para crecer.

Desde la empresa Nordés, que tienen embarcaciones disponibles en distintos puertos de la ría de Vigo y Pontevedra, aseguran que el margen de crecimiento es todavía muy amplio. «El sur de Galicia tiene una potencialidad tan grande que hay más de un 60 % de recorrido por hacer», apunta Jaime Dias, director general de la compañía, quien usando expresiones náuticas asegura que «es un negocio que va viento en poca y a toda vela». Sin embargo, Carlos Agra precisa que aunque no les falta trabajo, «son solo dos meses al año». La clave está en desestacionalizar el alquiler de barcos como se hace con otras ofertas turísticas porque «en abril y mayo también tenemos días y semanas de muy buen tiempo, pero no se alquilan». Esa es la tarea de un sector que ha eclosionado. «Hasta el 25 de agosto todos los días son fin de semana», apunta Pablo García. Los empresarios náuticos de la ría de Pontevedra reconocen que el «escalón enorme» fue el verano pasado, pero la progresión se mantiene en todos los precios. «Hace un año alquilamos un barco un mes entero por más de 13.000 euros», explica Dias, que lo que nota en Nordés respecto al verano pasado es que ya se empiezan a reservar para más de un día.

Javier Ruiz de Cortázar: «Hay barcos privados que gestiona una empresa su alquiler»

 

Javier Ruiz de Cortázar, presidente de la Asociación Náutico de Galicia (Asnauga), confirma el crecimiento del sector náutico en Galicia, y sobre todo en Pontevedra, donde empieza a haber demanda de amarres para barcos de esloras más grandes (de 14, 16 o 20 metros) y hasta ahora poco habituales.

-Las empresas de alquiler hablan de que todavía hay un margen de crecimiento en el sector del 60 %.

-Antes, en Galicia, todos queríamos nuestra casa, un barco y un coche, pero ahora, por la situación económica que se vive, se paga por servicio. Si no puedo tener un barco, lo alquilo. Sí, creo que podemos crecer. En el Mediterráneo hay un 50 % de barcos en propiedad y un 50 % de alquiler y en Galicia, por su idiosincrasia, podemos llegar a estar en un 60 % en manos particulares y un 40% para charter. En la ría de Pontevedra todavía hay solo media docena de empresas dedicadas a esto. Ahora hay mucha gente que tiene un barco y cuando no lo disfruta se lo gestiona una empresa de alquiler para poder sacarle algo de rentabilidad.

-Las Rías Baixas son un destino de crecimiento náutico importante. ¿Ha sido un efecto de la pandemia o viene para quedarse?

-Tienen una protección natural para poder navegar, la ría de Pontevedra es pequeña y muy limpia y eso la hace muy atractiva. El charter se ha incrementado en toda Galicia y se empiezan a ver barcos más grandes, de 12, 14 o 16 metros de eslora. Hay sobre la mesa varios proyectos para ampliar amarres en puertos de la zona norte de la ría para embarcaciones de grandes dimensiones.

-¿Se aprecia un cambio en el ocio vinculado a la náutica?

-Es una manera segura para poder salir sin aglomeraciones porque la gente va con su unidad de convivencia o con un pequeño grupo de amigos. Y ahora ya se ven barcos con banderas extranjeras en las rías. Esta misma semana navegaba cerca de mí una embarcación de motor portuguesa de más de 22 metros de eslora. Nos queda mucho recorrido.